Dignidad Rebelde
Entrar a la comunidad Autónoma de Temucuicui es llegar a una realidad distinta. La inmensidad del cielo ayuda a recordar lo pequeños que somos frente a la mapu (tierra). La imponente naturaleza nos golpea en nuestra comodidad urbana que ha llevado al ser humano a destrozar y renegar de su origen.
Sin embargo, se trata de una comunidad que hace honor a su sangre y tal como hace quinientos años defendieron a su gente a pesar de la masacre, Temucuicui lucha por su dignidad.
La comunidad, lidia día a día por mantener su cultura en una sociedad globalizada que se ha devorado a tantos otros. Ahora, su cosmovisión es muy distinta a lo que estamos acostumbrados. La protección de sus familias es lo fundamental, los niños son de todos, los ancianos merecen el respeto por su experiencia. Donde los seres humanos pertenecemos a la naturaleza y no al revés, por eso que es tan contradictorio el sometimiento de las aguas, los suelos y las plantas al servicio del lucro. Es ella quien habla, curando las enfermedades, dando los elementos para la sobrevivencia.
Las ocupaciones que realizan a las forestales o a los fundos de terratenientes dueños de sus tierras -según la legalidad chilena- se dedican a la explotación de la tierra en forma desmedida, sin considerar a quienes eran dueños originalmente de ella. Son parte del proceso llamado “pacificación” que tuvo como consecuencia el exterminio de gran parte de un pueblo. En la recuperación de estas tierras los mapuches son considerados como violentos o terroristas. Sin embargo, estos lo interpretan así “Entendemos de manera diferente la política; la movilización que hacemos está más relacionada con la cultura mapuche, con la reivindicación de los territorios y de todos los demás derechos que se nos están negando” señala el lonko.
La fuerza de su lucha viene incorporada en una cultura de inmensa calidez. Recibieron a la comitiva de corresponsales extranjeros con una ceremonia de bienvenida. Guiados por el lonko (líder) Victor Queipul, quien nos hablaba de las convicciones de su pueblo. Él nos había esperado en la cárcel de Angol, donde mantienen prisioneros a su hijo y a su hermano, junto a otros muchachos de la Temucuicui Autónoma, por acciones reivindicativas.
Queipul nos habla de una persecución política de parte del Estado chileno, el que los ha perseguido por la lucha que han mantenido por la recuperación de sus tierras y la autonomía de su pueblo, que tanto anhelan. “Se trata de un lucha justa y bonita” reafirma mientras se refiere a la esperanza que mantiene por darles un futuro a los niños de la comunidad.
Se sienten violentados en la forma que son tratados por el gobierno. La utilización de la Ley Antiterrorista, las pruebas falsas, las torturas y atropellos constantes son para las familias mapuches una confirmación de la discriminación de la cual son víctimas.
La entereza de una comunidad golpeada se puede ver en la frente en alto de sus peñis (hermanos). No hay temor en sus rostros. Saben que es una guerra larga, que sus demandas no serán entregadas fácilmente. No en vano, tienen en su sangre y en su historia siglos de rebeldía.
Manifestaron que la policía está siempre apostada en sus territorios, a pesar de que esta vez no se dejaron ver porque habían sido alertado de la llegada periodística. No obstante, mostraron las secuelas de los fuertes allanamientos que han sufrido como una señora de setenta años, aunque se notaba su dura vida que había sido fracturada.
“Los allanamientos a nuestras casas, los malos tratos a las mujeres y los niños no han conseguido callarnos; ahora nos aplican la ley antiterrorista, pero vamos a seguir luchando; la Comunidad Autónoma de Temucuicui, queremos ser un ejemplo” nos dice el werken (vocero), Jorge Huenchullan.
Es un conflicto histórico que cobra mayor notoriedad en Temucuicui Autónoma por su constante lucha y la firmeza de sus convicciones que en palabras de su gente está recién comenzando.
Fuente: Liberar