Estimado señor Jorge Pinto.
Quisiera
valorar su decisión de participar en la mesa de diálogo constituido con fecha 7
de
julio de 2016 en Temuco, en su calidad de historiador, a raíz de las
tensiones y controversias que subsisten como consecuencia de la situación de la
Araucanía y en particular de la situación del Pueblo Mapuche. Habría preferido
concurrir directamente a vuestra oficina como lo hecho en otras oportunidades,
pero me encuentro por una semana en Naciones Unidas, en Ginebra examinando el
Mandato del Mecanismo de Expertos sobre Derechos de los Pueblos Indígenas.
Al
mismo tiempo lamento que cuya mesa de diálogo no tenga una agenda precisa y
clara, lo que indica que tendrá un futuro incierto sumado a los conflictos de
intereses que subsisten entre varios de sus integrantes. La ausencia de una
agenda temática ha sido la estrategia permanente de todos los gobiernos
postdictadura militar tanto, en la era de la concertación y el gobierno del ex
presidente Sebastián Piñera. Cuya situación se reafirmó en la constitución de
la Comisión Verdad y Nuevo Trato, en donde el indigenismo diluyó parte
importante del informe final y que ahora solo adornan las bibliotecas y los
archivos. Sin embargo, una mesa de dialogo con meridiana certeza y para el
establecimiento de recomendaciones útiles, adecuadas y aceptables requieren de
un mandato institucional que vuestra mesa de dialogo no tiene y del mismo modo
con insumos que podrían guiar un dialogo fructífero y de buena fe, me refiero a
las recomendaciones de los órganos de derechos humanos de la comunidad
internacional, las recomendaciones de las organizaciones Mapuche y sustraer de
los archivos parte de los contenidos del Informe de Verdad y Nuevo Trato.
Como ud, sabe
la Iglesia Católica participó determinantemente en el proceso de expansión
Española en América y lo que hoy es Chile y que derivó en el sometimiento del
Pueblo Mapuche, en los despojos y conculcación de sus derechos mediante la
política de Res Niullus y las Bulas papales. Asimismo participó en los actos coercitivos
militares denominados “Pacificación de la Araucanía” en Chile; y la “Conquista
del Desierto” en Puel Mapu, hoy Argentina.
La Iglesia Católica en su acompañamiento al
Ejército de Chile en la Pacificación de la Araucanía, efectúo variados actos
contrarios al derecho a la paz y a la vida de los Mapuche, solo citaré uno de
ellos, como fue el Parlamento celebrado en Angol el año 1879, preparado y
ejecutado por Fray Estanislao María Leonetti para hacer creer al gobierno
central de Santiago de Chile que los Mapuche aceptaban renunciar a sus derechos
y someterse a la obediencia del Estado de Chile. Con este fin se adoptó un
documento de 11° puntos, elaborado unilateral y perversamente por Fray
Estanislao María Leonetti; sin embargo, los Mapuche nunca participaron de dicho
texto y el presunto incumplimiento de parte de los Mapuche terminó con dos
grandes consecuencias lamentable para los Mapuche y que hoy son parte de las
causas de las tensiones que vuestra mesa de dialogo intenta remediar.
El primero, el despliegue e instalación de
nuevas fuerzas e unidades militares en el Wallmapuche instalando una decena de
fuertes militares tanto en Traiguen, Quino, Quecheregua, Perquenco y
fortaleciendo el de Lumaco y Mulchen entre otros y la segunda, la aplicación de
la política de tierras arrasadas destrucción total de las siembras quitándoles
la alimentación y debilitar a los Mapuche llevándolo a un estado de hambruna y
seguidamente materializando la ocupación, confiscación y tomas de las tierras
Mapuche y sus recursos. Aunque esa estrategia de destruirle el alimento a un
pueblo o quitarle el agua al pescado, es una vieja estrategia en las acciones
militares que la humanidad ha tenido que lamentar y en ciertos casos han tenido
que reparar y en el caso de los Mapuche constituye un crimen de lesa humanidad
pendiente a tratar y resolver.
Una situación
parecida y atroz ocurrió en Puel Mapu en la denominada Conquista del Desierto
hoy Neuquén, Rio Negro, en las tierras de Saihueque, Foyel e Inacayal, en donde
no tan solo ocuparon, tomaron y confiscaron las tierras Mapuche, además
masacraron a ellos y los sobrevivientes junto a sus familias simplemente las
secuestraron y se lo llevaron a Buenos Aires y los hijos de los Mapuche lo
repartiendo en la sociedad Bonaerense. Esta práctica se revivió durante la
dictadura militar en Argentina en cuanto a repartir los hijos de los detenidos
desaparecidos, sin embargo, estos hechos que conmovió a la sociedad fueron
reprochados e investigados y en el caso de los Mapuche permanecen en la completa
impunidad. Es el caso paradigmático de Ceferino Namuncura, quien fue
secuestrado por los militares y la Iglesia Católica y en Buenos Aires en el
convento lo sometieron a torturas, es decir, a los tratos crueles y degradantes
y finalmente llevado a Roma y lamentablemente allí falleció y lo han hecho
retornar invistiéndolo de Santo para ocultar las actuaciones de los militares y
de la Iglesia Católica en crimen de lesa humanidad y que claman justicia.
Cabe subrayar
que la Iglesia Católica no es neutral, como es de vuestro conocimiento esta
institución tiene en su posesión tierras que legítimamente pertenecen al Pueblo
Mapuche, propiedades adquiridas como consecuencias del despojo territorial que
ha sido objeto el Pueblo Mapuche. Pero la Iglesia Católica no tan solo tiene
tierras derivados de actos ilegítimos e ilegales establecidos en distintas
normas jurídicas como es el decreto de ley 2568 entre otros, sino, en la
actualidad gran parte de los derechos de agua de la Araucanía están inscrita
legalmente a su favor. Esos beneficios se derivan de las políticas económicas
instauradas por la dictadura militar del general Augusto Pinochet y que
administró la concertación de partidos políticos hasta el día de hoy.
Me ha parecido
bien particular que Ud. participe a estas alturas de los hechos en la función
propia del indigenismo contemporáneo a sabiendas que los indigenistas de la
década del 1990 y 2000 representados en José Bengoa y José Aylwin vienen en
retirada, incluso ahora ellos critican la Ley Indígena 19.253 y consideran
hasta poco útil el informe de Verdad Nuevo Trato. Sin embargo, en la ley
indígena fueron sus arquitectos y en el informe se encargaron de debilitarlo y
diluir sus contenidos. Personalmente en la década del 90 me opuse a esa ley
indígena por su carácter de domesticación y colonialismo que establecía con el
Pueblo Mapuche y me opuse con hechos, reivindicando decididamente el derecho a
las tierras Mapuche y fui encarcelado por seis meses en Temuco bajo la figura
de asociación ilícita y usurpación de tierras y en el informe Verdad y Nuevo
Trato tuve la oportunidad de dialogar en tres momentos con don Patricio Aylwin
en su casa sobre la necesidad de un mandato de dicha Comisión que no tuvo y que
a raíz de los hechos se estipulara en dicho documento que el Estado Chileno por
acción u omisión participo en la ocupación, confiscación y toma del
Wallmapuche, pero prevaleció la opinión de los indigenistas. Entiendo el
indigenismo como “aquellas instituciones u personas naturales externas
conocedoras de ciertas materias y que en sus actuaciones afectan los derechos y
el devenir de un Pueblo indígena o de una comunidad Indígena
Quisiera recordar que el gobierno de la Nueva
Mayoría se autoimpuso un compromiso de no aplicar la ley antiterrorista, sin
embargo, ha faltado a sus propios compromisos y los hechos son conocidos por
ellos no lo mencionaré, pero no solo eso, sino, el gobierno de la señora
Michelle Bachelet en su oferta electoral se comprometió de anular el Decreto
Supremo N.- 66.- norma adoptado por el gobierno del ex presidente Sebastían
Piñera, sin embargo, esta norma que amenaza el patrimonio territorial del
Wallmapuche se ha aplicado con mayor fuerza, intensidad y eficacia
institucional con la aprobación de megas proyectos hidroeléctricos. En este orden
el Pueblo Mapuche ha perdido parte importante de su patrimonio y recursos
territoriales, como son los recursos hídricos. También hubo compromiso de 100
días para constituir el Consejo de Pueblos Indígenas y que por su naturaleza
será un “buen y perfecto jardín infantil para los indígenas” y el ministerio
indígena una gran burocracia, una CONADI con más recursos, porque los temas son
otros, entonces vuestra mesa pareciera una buena manera para distraer los actos
de corrupción, cohecho, evasión tributarias que afecta la clase política
Santiaguina.
Me he preguntado cuál es la razón para que la
Universidad de la Frontera participe de una mesa de dialogo con estas
características y paralelamente entiendo también que requieren de recursos
económicos para su funcionamiento, pero no es razón para acompañar el
denominado proceso constituyente de consulta con el Pueblo Mapuche que
lamentablemente no tiene certeza en sus resultados. Las incertidumbres no son
antojadizas ni precipitadas de mi parte y mis razones se la expongo brevemente:
A.- Han sucedido 200 años de historia y 135 de la denominada Pacificación de
Araucanía y el Estado Chileno ha mantenido invariable su doctrina de la
negación del Pueblo Mapuche y sus derechos y no hay certeza que ahora cambiará.
B.- En América Latina y el Caribe hay una experiencia de 40 años sobre
reconocimientos constitucionales y no se han subsanados la relaciones de los
Estados y Pueblos Indígenas. C.- Incluso si se pretendiera adornar con
conceptos de plurinacionalidad, multiculturalidad interculturalidad entre
otros, tenemos a Bolivia y Ecuador que se han autodefinidos constitucionalmente
como Estados Plurinacionales y la situación no dan luces de cambios
significativos, pero resulta curioso que, la constitución del Ecuador reconoce
el derecho a la autodeterminación a los Pueblos Indígenas no contactados que
viven en la amazonia y que no saben cuántos son ni dónde están, pero los
Quechuas que viven en Guayaquil y rodean la capital de Quito son simplemente
ciudadanos Ecuatorianos. D.- Para no creer en el proceso constituyente chileno
tenemos en cuenta que todos los proyectos de reconocimientos constitucionales
enviados al parlamento tanto, por el ejecutivo, iniciativas parlamentarias de
uno u otro bando, todos y sin excepción se han caracterizados y han tenido por
objeto diluir, restringir y limitar los derechos de los Pueblos indígenas y en
particular de los Mapuche. E.- La única certeza que observo y que se producirán
una suma de reuniones sesiones y actos publicitarios, pero no hay certeza para
un reconocimiento aceptables para el Pueblo Mapuche y sus derechos. Por ellos,
es muy oportuno subrayar que el derecho internacional para resolver estas y
otras situaciones estipuló el reconocimiento del derecho a la libre
determinación de los Pueblos Indígenas, uno de los derechos humanos más alto
que gozan los Pueblos y en este sentido siendo los Mapuche titulares del
derecho a la libre determinación nos hemos propuesto a ejercer este derecho en
toda su forma y desterrar el colonialismo y domesticación que somos objeto de
parte del Estado Chileno y otras instituciones que los acompañan.
Teniendo en
cuenta que los Mapuche somos titulares del derecho a la libre determinación y
en su forma concreta instaurar un gobierno al amparo del derecho internacional
hemos tomado la decisión de efectuar una Sesión Plenaria de Alto Nivel para una
Asamblea Constituyente Mapuche en el mes octubre 2016 del cuál desde ya
aprovecho de extender la invitación a este magno evento al amparo de la
legalidad internacional que determinará la ruta Mapuche en el futuro inmediato.
Finalmente
subrayo que el derecho a la libre determinación guiara nuestro accionar para
determinar nuestro futuro inmediato y ejerceremos el consentimiento previo
libre e informado del cual manifestamos que no consentimos los actos e
intenciones foráneas que buscan perpetuar la doctrina de la domesticación y el
colonialismo con el Pueblo Mapuche y sus derechos. Atentamente.
AUCAN HUILCAMAN PAILLAMA
Wallmapuche, Pukem Kuyen 12 de
julio 2016.