Chile
racista: el joven mapuche en huelga de hambre que ha sufrido persecución
política desde que era un niño
El asesinato de George Floyd, ciudadano
afroamericano que murió en manos de la policía de Minneapolis, Estados Unidos,
ha generado diversos movimientos en el país y revuelo mundial. El grito contra
el racismo se expande rápidamente por distintas plataformas internacionales y
Chile ha hecho eco a ese repudio, dentro de un año caracterizado por la crisis
social, económica y sanitaria.
Pero esta historia no nos es ajena. Hace solo
tres años, la ciudadana haitiana, Joane Florvil murió tras vivir una pesadilla con
negligencias y abusos por parte de la policía, la burocracia de las
instituciones estatales y todo un racismo estructural en el Chile de hoy.
Sin ir más lejos, es junio del año 2020 y esta
realidad está más vigente de lo que quisiéramos. Hace casi dos semanas, Antu
Llanca Quidel, se sumó a la huelga de hambre de los prisioneros políticos
mapuche de la cárcel de Angol. El joven mapuche tiene solo 20 años y desde que
era un niño ha vivido, junto a otros niños y jóvenes, el racismo institucional
que hoy es mundialmente criticado.
“Hace más de un mes, él fue detenido por la
policía de investigaciones en la ciudad de Collipulli, la situación que está
atravesando judicialmente el peñi es de suma gravedad y es la primera vez que
se encuentra encarcelado, pero no es la primera vez que ha sido objeto de
persecución política” cuenta Rodrigo Huenchullan, miembro de la comunidad
autónoma de Temucuicui, territorio que habita el joven comunero.
Ya en el año 2017, cuando Antu tenía 17 años,
fue blanco investigativo de la policía, como quedó en evidencia tras el montaje
policial denominado Operación Huracán, donde cuatro comuneros
fueron formalizados por delitos falsos, en un relato construido por la
desaparecida Unidad de Inteligencia Operativa Especial de Carabineros en La
Araucanía (UIOE). “En la revelación de los antecedentes hubo ahí un informe
llamado 130 donde aparece información respecto a blancos investigativos en la
zona de Malleco, especialmente, en Temucuicui. En esos antecedentes existía un
gran número de personas que estaban siendo investigadas y a las que se les
estaban elaborando pruebas, para ejecutar la detención y realizar la
formulación con esas pruebas falsas que estaba desarrollando la Unidad de
Inteligencia. Desde ese entonces, nosotros nos dimos cuenta que Antu Llanca
estaba siendo perseguido políticamente, siendo todavía menor de edad” asegura
Huenchullan.
Sin embargo, el integrante del territorio
autónomo de Temucuicui agrega que, a pesar de que el montaje de Operación
Huracán quedo en evidencia, los antecedentes falsos han seguido siendo usados
para inculpar injustamente a comuneros. “Una vez desaparecida la UIOE, los
antecedentes quedaron en manos de la Policía de Investigaciones (PDI) y ellos
desarrollaron su propio proceso con estas pruebas falsas. Él está siendo
perseguido bajo esa lógica y su prisión preventiva es injusta” finaliza Rodrigo
Huenchullan.
PERSECUSIÓN POLÍTICA Y
TORTURAS
El joven mapuche que, por estos días, cumple
dos semanas en huelga de hambre, ha sido víctima de violencia por parte del
Estado de Chile en muchas ocasiones. Cuando tenía solo 11 años (2011), Antu
Llanca fue herido de bala en una de sus manos, mientras otro joven mapuche,
Omar Huenchullan, recibió un disparo en una rodilla y en el tobillo. Según
relatos de miembros del territorio autónomo de Temucuicui, la comunidad se
movilizaba en protesta por la recuperación de tierras y habrían sufrido una
emboscada por parte de Carabineros en la salida de Ercilla.
Años más tarde (2016), Antu Llanca, junto a
cuatro jóvenes de la comunidad, fueron detenidos por carabineros en un poblado
cercano, recibiendo golpes durante toda la noche en los calabozos. Fabian
Llanca, primo de Antu, que en ese entonces tenía 18 años, se debatió entre la
vida y la muerte en la UTI del Hospital de Temuco, tras la golpiza
policial.
LOS DELITOS QUE HOY SE LE
IMPUTAN
Actualmente, Antu Llanca (20) y Danilo
Nahuelpi Millanao (18), también en huelga de hambre, son acusados de atacar a
la Unidad de Fuerzas Especiales de Carabineros en el cruce Quechereguas, comuna
de Ercilla, a mediados de noviembre de 2019, cuando se cumplía un mes de
protestas sociales en todo el territorio. Las únicas pruebas, en este caso, son
declaraciones de carabineros.
“La policía ha tratado de incriminarlo,
sistemáticamente, en diferentes hechos de violencia, buscando encarcelarlo,
procesarlo, presentarlo a la opinión pública como autor de delito, presentarlo
como terrorista ante el Estado, prejuzgarlo y así, mantenerlo en un largo
periodo de prisión preventiva”, denuncia Jorge Huenchullan, werkén de la
comunidad autónoma de Temucuicui.
CHILE ES RACISMO
Para una de las abogadas querellantes de
Operación Huracán, Karina Riquelme, históricamente, los procesos judiciales se
han sustentado en pilares profundamente racistas y clasistas. “La mejor arma
que hoy tienen el Estado de Chile en contra de quienes ejercen protesta es la
criminalización, utiliza a las instituciones que se dicen independientes, pero
que finalmente están conectadas entre sí, para salvaguardar intereses empresariales
y políticos”, asegura.
La defensora mapuche ha representado a decenas
de comuneros mapuche en largos procesos judiciales, que muchas veces evidencian
pruebas deficientes por parte de las fiscalías, y que en múltiples casos han
resultado con la absolución total de los imputados, todo eso tras pasar hasta
años en prisión preventiva. “Ministerio Público, policías y jueces son parte
del grupo privilegiado que mantiene un estilo de vida distinto al resto de los
chilenos, mientras quienes protestan por sus justos derechos son perseguidos
por la ley de inteligencia y luego acusados en un juicio penal”, agrega la
defensora.
Hoy, la movilización que llevan los presos
políticos mapuche tiene por objetivo exigir libertad y denunciar las precarias
medidas sanitarias de gendarmería, en el contexto actual de pandemia, apelando
al Convenio 169 de la OIT el Derecho a la Salud de los Pueblos Originarios.
“Antu es el ejemplo de violencia y persecución desde que era un niño, cuando
fue baleado, luego perseguido por la operación huracán en su adolescencia y hoy
preso, a sus 20 años, realizando el acto de protesta más difícil, como es
ofrecer su vida a cambio de justicia, con una huelga de hambre”, enfatiza la
abogada.
“ME DA MUCHA TRISTEZA VER
LA INJUSTICIA QUE SE COMETE CON EL PUEBLO MAPUCHE”
Herna Quidel, madre del joven en huelga de
hambre, asegura que esta es una más de las injusticias que ha tenido que vivir
el pueblo mapuche. Montajes, huelgas de hambres y decenas de homicidios, como
el reciente caso de Camilo Catrillanca, que aún se encuentra impune. “Para mí,
como mamá, es muy difícil ver como mi hijo pone en riesgo su salud y su vida
solo para probar su inocencia, ya que ha sido culpado con pruebas falsas por
parte de la Policía de Investigaciones, ellos lo han perseguido durante años.
Desde que cayó preso no he podido verlo, no sé cómo está, cómo se siente, qué
necesita, me da mucha tristeza ver la injusticia que se comete con el pueblo
mapuche y no solo con mi hijo sino con todos los lamgenes que han pasado y
están pasando por lo mismo. Solo pido que se haga justicia y se pruebe que mi
hijo es inocente”.
Por su parte, Jorge Huenchullan, werkén de la
comunidad autónoma de Temucuicui, asegura que todos los gobiernos han utilizado
la misma tecnología para inculpar al pueblo mapuche. “Para encarcelarlos y
condenar a nuestra gente y así silenciar el proceso de recuperación de tierras,
de reclamaciones políticas y territoriales que lleva nuestra comunidad”,
finalizó la autoridad.